Llevan dos semanas abiertos, y ya no se consigue lugar. Este nuevo espacio de restaurantes está de moda, furiosamente. Un buen trabajo de PR y la fama del Novecento en Miami y Nueva York entre los mexicanos viajeros hacen que haya largas listas de espera, como en su momento en Bar Tomate.
Los restaurantes están instalados en la antigua Casa Domit, en Emilio Castelar 163 (esquina Calderón de la Barca), frente al reloj del Parque Lincoln. La arquitectura de esta casa catalogada es imponente, y la instalación de los restaurantes resalta varios de rasgos distintivos, especialmente las amplias terrazas, un lugar pensado para «ver y ser visto», es decir, ideal para los polanqueros.
El Novecento, del cordobés (Argentina) Héctor Rolotti, nació en Nueva York (en el SoHo, cuando todavía era bohemio) en 1991, en el local que todavía sigue operando en 343 West Broadway. A mediados de los 90’s abrió el primer restaurante en Buenos Aires, Argentina, en el barrio de Las Cañitas, cuando este lugar era una zona trendy y todavía bohemia. Asombró a los porteños por su concepto de barra animada con restaurante pequeño y luz tenue, cuando la cultura gastronómica de la ciudad era de grandes (en superficie) restaurantes de estilo clásico extremadamente iluminados. La comida que ofrecían era muy simple, pero con algunos sabores exóticos para la cocina de Buenos Aires de ese momento. También asombró por cobrar un simple plato de fettuccini con tomates cherry y cebollín (la pasta es la comida mas popular en la dieta diaria de los argentinos por encima del asado) unos US$ 25 (un escándalo!).
El Novecento de Nueva York pasó de ser un lugar trendy y de moda, a un lugar económico para comer un corte de carne y ver fútbol argentino en vivo. Por menos de US$20 se puede comer un buen trozo de proteína de primera, y por unos US$ 40 se consigue una buena botella de Malbec, precios muy bajos para el promedio de Manhattan. Los de Miami, especialmente el que cerraron que estaba en Lincoln Road, son mas conocidos como bares o antros que como restaurantes. El de Brickell estuvo muy de moda, y era «el» lugar de la zona para cenar, aún conserva un ambiente divertido.
El nuevo Novecento Polanco tiene una carta clásica de comida argentina, con cortes de carnes, empanadas y pastas, con algún toque mexicano. El chef de El Gourmet Fran del Piero (del programa «Intervenciones») está a cargo de la cocina. Siguiendo el típico estilo de Miami y Nueva York, instalan en la recepción a un guapo/guapa, que te deposita en tu mesa donde te atienden los mismos camareros de siempre, reciclados de El Cambalache, Spuntino, Rincón Argentino y de las decenas de restaurantes que cierran y se clausuran en Polanco estas semanas.
El ambiente es el mismo que colma el Bar Tomate, el Bec y los mejores restaurantes de Polanco. La cocina está bien y no tiene misterios, es difícil hacer mal un corte a las brasas con buena calidad de carne. Los precios son llamativamente bajos, por debajo de los otros restaurantes argentinos de la zona. La carta de vino es muy corta, de bistrot, pero con buenas opciones (la mejor opción, con una gran relación precio/calidad es el Ave Malbec).
Del otro lado de la terraza, aunque parece parte del Novecento, está el Mar del Zur, del acapulqueño Lalo Palazuelos. Lalo trae a México su concepto de fusión Mex-Thai, que ofrece desde hace tiempo en el Zibu de Acapulco.
En el piso de arriba está el restaurante Lincoln, del español Fran López (ex ejecutivo de Telefónica, dedicado ahora a su pasión, luego del paso como columnista de restaurantes de Masaryk.tv). Fran ofrece lo que mas le gusta: cocina de mercado. Cocina lo mejor que consigue en San Juan, La Viga y otros santuarios de la calidad y frescura, con aires mediterráneos de España, Francia e Italia.
En la parte mas alta de la casa Domit hay un exclusivo espacio para 16 personas, llamado El Palomar, un concepto ideado por la socialité Sofía Aspe. Este lugar tiene una vista privilegiada del parque Polanco y es ideal para eventos privados.
El teléfono de Novecento (900) Polanco para reservar es 5280 4619, y la dirección es Emilio Castelar 163, esquina Calderón de la Barca. Se puede fumar en las terrazas.
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