El mundo se horroriza cada vez que ve una película o documental sobre la masacre de Rwanda, o cuando lee notas como la publicada por El País (España) y escrita por Mario Vargas Llosa sobre los conflictos de El Congo. Pero el horror dura poco, y se vuelve a la vida cotidiana, mientras los países poderosos y sus funcionarios hacen lo poco que pueden dentro del margen de hipocresía que les brinda la «corrección política» del medio diplomático.
Cuántos millones de muertos, violados, mutilados y encarcelados más hacen falta para que Europa y USA intervengan los estados fallidos africanos? Si bien nadie duda que estos países tienen el derecho de ser independientes, Occidente no puede permitir que mientras aprenden a ser democráticos los gobiernos y los grupos armados masacren poblaciones enteras. Sin embargo, nadie parece tener la determinación de pasar por estos temas políticamente espinosos y así salvar millones de vidas. Cuáles son los obstáculos mayores que enfrenta la solución de este problema?
1)Primero, es un problema de hipocresía. Nadie quiere quedar como «potencia invasora», atacando un país soberano. En el caso de USA, esta hipocresía también tiene un lado político interno: cualquier agresión a África saca a la luz problemas sociales internos no resueltos con la comunidad afro-americana
2)Rusia, China y Sud África bloquearían los intentos. Estas potencias militares, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, han mostrado una oposición permanente a las iniciativas Occidentales sobre varios países (Corea del Norte por ejemplo). Sin embargo, cuando USA invadió Irak o Afganistán no pidió permiso a Rusia…
3)Otro problema es la dispersión de los recursos militares de Occidente, con tantas guerras en Medio Oriente, no se podría llevar a cabo una campaña militar de gran escala en África. Sin embargo, se podría comenzar en un páis determinado, con asistencia de Europa y algunos países de América Latina (Colombia?). El escarmiento ejemplar de dictadores y asesinos (juicio, extradición, incautación de bienes) serviría como «incentivo» para que sus vecinos se porten mejor.
Roberto L´hopital
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