El Anatol (dentro del Hotel Las Alcobas en Polanco) es sin duda una de las mejores aperturas de restaurantes en 2013 de la ciudad. Su chef, Justin Ermini, trabajó para algunos de los mejores restaurantes y chefs de USA, incluyendo el 3 estrellas Michelin Jean Georges de Nueva York, el Postrio de San Francisco, el Watergrill (en Los Angéles, como sous-chef de David Lefevre, mano derecha de Charlie Trotter), Le Meridien en Nueva Orleáns, además de varios restaurantes con estrellas Michelin en la Toscana, de donde es su familia originalmente. También fue chef ejecutivo del famoso Mayflower Inn de Washington. Eduardo Morali lo secunda en la cocina y es quién guió a Justin en su desembarco culinario en los mercados de México DF y Oaxaca. Mayra Victoria tiene a su cargo la pastelería y los postres, un punto muy alto y diferenciador de la propuesta de Anatol.
Todo en el lugar tiene un toque neoyorquino, desde la decoración clásica, bajo perfil e impecable de los grandes restaurantes, hasta la carta de cocktails con la que te reciben. El salón ganó mucha vida y luz con la apertura de las ventanas sobre los muros oscuros de Las Alcobas que dan a Masaryk y Anatole France, pero sin perder privacidad. El diseño es del estudio Yabu Pushelberg (Toronto-Nueva York), con detalles personales de su propietario Samuel Leizorek.
La cocina es cosmopolita-ecléctica-italiana, con muchos ingredientes mexicanos de los cuáles el chef se enamoró en su «viaje de inmersión» que hizo por México antes de comenzar a cocinar en el Anatol. Las frutas locales predominan en las aguas, los cocktails y los chiles que acompañan las salsas de mariscos, las sopas y los flatbreads. El concepto es «de la granja a la mesa», pero con una ejecución totalmente sofisticada. La mayoría de los ingredientes intermedios, como masas, compotas, panes, mermeladas y salsas están enteramente producidos en la cocina, mayormente con ingredientes locales. Muchos platos para compartir y degustar entre amigos, y hasta una mesa comunal, un concepto que alguna vez terminará imponiéndose en México.
La margarita, sin escarchar y con sal de Colima, es probablemente la mejor que haya tomado desde que vivo en México. Para esperar la comida tienen un pan, hecho en casa, una focaccia agria, que combinada con el plato de anchovette (un spread de anchoas, ajo y aceite de oliva) y marida perfectamente (por contraste de fuertes sabores) con la margarita.
La tempura de flor de calabaza fue el segundo escogido. Rellenas de quesos de diferentes leches, con agregado de miel de cascarillo y un poco de salvia crocante son maravillas. Siguió un desfile de entradas muy originales: burrata en caponata sobre pan de ajo, unos betabeles rostizados con naranja, ricotta y pistache, y una moderna versión de la ensalada nicoise.
Luego llegaron cuatro de los platos insignia del lugar: un flatbread (pan estilo focaccia fina) con setas y tuétano, bañados en una mexicanísima salsa de chile secos, el raviolo de la Nonna (relleno de ricotta y una yema de huevo entera), el Brooklyn sandwich (típico del burough) de pan de centeno, cornedbeef, pepinillos, col, gruyere y salsa rusa, y los clásicos Mac & Cheese, pero con maccaronni «fatto in casa», queso manchego de oveja y aceite de trufa.
Para la próxima visita quedarán tres platos que me recomendaron unos restauranteros que me encontré comiendo: Poutine (morcilla, foie gras, setas, queso de cabra), Boudin Blanc (salchichón de cerdo, fricassé de vegetales, tocino, mantequilla avellanada, “Soubise” de cebolla, mostaza) y la hamburguesa Anatol (con queso Idiazábal de Río Frío, relish de piquillos). Los embutidos, luego un largo período de censura, están apareciendo como platos estrella en varios lugares, entre ellos dos que visité recientemente, el Breslin (dentro del The Ace en NYC) y el Au Cheval (Chicago).
Si bien llegar al postre costó un gran esfuerzo, recomiendo que quien vaya deje una reserva para probar al menos el Budino de Butterscotch (caramelo,palomitas caramelizadas con romero, sal de Colima) y el café de olla deconstruido (crema de café, pastel bocanegra y helado de piloncillo).
La carta de vinos es consistente con la cocina, etiquetas originales de todo el mundo, no muy vistas en México, y a precios razonables.
Pronto estarán presentando un menú de brunch para los domingos, muy estilo Manhattan, de la mano de una exclusiva etiqueta de champagne grand crú.
El teléfono y dirección de restaurante Anatol son 3300-3950, Mazaryk 390, esquina Anatole France.
J.J. CELIS
El Sous chef se llama Eduardo Morali. Saludos
Roberto
Corregido! Muchas gracias.