Mi esposa insistió en ir al Máncora, un restaurante peruano en Alejandro Dumas al lado del Estoril en el que comimos dos veces bastante bien. No quiso escuchar mi consejo de «no tiene onda». Tanta «no onda» tenía que lo encontramos cerrado. No es tan facil prosperar del lado sur del parque Lincoln como restaurante, no hay tanto tráfico de gente, ni gente dispuesta a pagar una comida cara por sólo por estar sentada en el «right spot».
Así que nos dirigimos al Astrid & Gastón, que no habíamos visitado en mucho tiempo. La última vez pedimos su famoso lechón, que supo ser el mejor de México, pero que nos desilusionó aquella vez. Además, el Astrid & Gastón de Masaryk tiene la fama de ser lugar «corporativo» y un poco contracturado por la presencia de políticos y funcionarios de Gobierno. En aquella última visita tuvimos que casi huir porque había unos borrachos gritando en la mesa de junto, eran un empresario y un funcionario de gobierno festejando algún oscuro acuerdo con abundante licor (de hecho finalmente el capitán los «invitó» a pasar a la zona de bar).
Sin embargo, a pesar de llegar al Astrid & Gastón como «second best», la experiencia esta vez fue maravillosa. Pedimos de entrada el «Ceviche Atrevido». Trae pescado, pulpo y camarón, en ají peruano, con choclo/elote seco, cebolla morada, ají rojo y bañado en leche de tigre (una salsa a base de reducción de caldo de pescado), estaba excelente. También los camarones crocantes con cubierta de amaranto, sobre un puré de camote y calabaza de Castilla (zapallo) y salsa de tamarindo. Este último plato quizás demasiado dulce, tanto que no logré que el fuerte vino blanco Colomé Torrentés Reserva (Cafayate/Salta, Norte de Argentina) terminara de hacer notar su potente perfume en boca, sin embargo estaba bueno.
La carta de vinos necesita una mejora, tiene algunas opciones de vinos malos muy caros, y otros a precio razonable (como el Colomé que pedí), pero es bastante corta para un restaurante de esa categoría.
Los principales fueron sin duda lo mejor de la comida, de una calidad excepcional. Pedimos dos clásicos del lugar: el cochinillo de tres meses al horno, y el plato de «bruja (black cod) y camarones al fuego». El cochinillo recuperó su calidad inicial, impecable cocción y ternura de una pata trasera de un animal joven, con la piel crocante por fuera. Fue demasiada comida, no hubo forma de terminarlo.
La Bruja y los camarones al fuego merecen una mención aparte. Un sabor único, en un plato extremadamente bien balanceado. Tanto el pescado como los camarones estaban en su punto exacto, pero lo que mas destaca del plato es curiosamente la cama, protagonista secundario habitualmente. El risotto sobre el que se apoyan los frutos de mar está hecho con ají amarillo y calabaza, cocinados al wok sobre fuego vivo, lo que le da un toque ahumado increíble. Lo mejor que he probado últimamente.
La atención como siempre muy dedicada, casi con disciplina militar, aunque esta vez el capitán se permitió un chascarrillo la tercera vez que me cambié de silla para «captar el ambiente». Asusta un poco la gente de la recepción, con aspecto de guardaespalda de gobierno, pero me imagino que los clientes mas habituales se sienten «como en casa» con esos detalles. El ambiente del sábado era familiar y agradable, tanto en la impecable terraza minimalista que tienen como en el salón principal. El precio es caro, pero creo que valió la pena (unos MXP 2.000 para dos principales, dos entradas, una botella de vino, aguas, un pisco sauer de aperitivo, sin postre y con propina). Como dijo McArthur, volveremos!
Astrid y Gastón se encuentra en Tennyson 117 (esquina Masaryk), y se puede reservar al 5282 2666. Abre todos los días (el domingo no abre a la noche). Ya van por el octavo restaurante, el original está en Lima (Perú) y está incluido en la lista de los mejores 50 restaurantes del mundo, editada por San Pellegrino (la misma en las que aparecen los mexicanos Pujol de Enrique Olvera y Biko de los vascos Mikel Alonso y Bruno Oteiza).
Delma Gabriela Cortés
Ya he ido y es realmente exquisito, es un deleite para todos los reseptores gustativos!!! Felicidades!!!
Débora
Pero qué personaje más pretencioso!!
Nunca iré a ese restorán para no encontrar petardos y wannabes
de esta calaña!
Miguel
Un excelente lugar de comida peruana, incomparable con el de Lima. pero excelente!! en todos los aspectos..
claudia
Pesima la atencion del restaurante nos tardaron mas de 2 horas en atendernos cuando hemos estado en lima en la panchita una sucursal que la especialidad son los aniticuchos y muy diferente la atencion .Tambien hemos estado en Madrid pero que lastima que el de Mexico quede muy por debajo de las 5 estrellas considerando que la chef o es muy inepta para la capacidad de la cocina y los meseros tambien tardaron un poco mas de 30 minutos en que nos llevaran las bebidas y por supuesto la comida nunca llego hasta q nos molestamos pedi que nos trajeran la cuenta unicamente de las bebidas tardias y enseguida llega la chef con una disculpa pero de nada sirvio ya que nunca nos habian demorado tanto tiempo en un servicio falta de etica y profesionalismo cuando los precios son altos el servicio deberia ser de primera nunca recomendaria este restaurante lastima que los dueños no estan al frente para checar todo lo que pasa ahi,los meseros no hacen caso,pedimos una y otra vez las cartas y no habia suficientes hasta fueron a pedir las de la mesa de cercana a nosotros que pena que una clase de restaurante de esta magnitud no tenga el personal adecuado recuerden siempre que cuando una persona habla bien de algo la referencia se va a 3 personas pero cuando se habla mal se pierde mas del 10% de la clientela
Roberto L'hopital
Qué lástima, ya hace tiempo que no voy a Astrid & Gastón, las últimas veces estuvo muy bien la comida y la atención, aunque los precios caros son de siempre. Quizás hayan perdido algo de clientela con otros lugares que atraen el mismo ambiente, como Bar Tomate, Novecento o Harry’s y hayan bajado el nivel. Saludos!